En una sesión menos explosiva de lo esperado, pero con final electrizante, el Senado rechazó la Ley de Ficha Limpia por un solo voto. La iniciativa, que buscaba impedir que personas con condenas en segunda instancia por corrupción sean candidatos, recibió 36 votos afirmativos y 36 negativos. El kirchnerismo se opuso de forma unánime y encontró aliados inesperados en los senadores misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, que terminaron inclinando la balanza.
Cristina, la gran beneficiada
La ley tenía nombre y apellido: Cristina Fernández de Kirchner. Su condena por corrupción en la causa Vialidad, confirmada en segunda instancia, la habría inhabilitado para competir en cargos nacionales. Con el rechazo, la vicepresidenta mantiene abiertas sus posibilidades políticas, salvo que opte por jugar en el terreno provincial. Desde la oposición, Mariana Juri (UCR) se lamentó: “Es increíble que como sociedad tengamos que recordarle a la política que no pueden ser candidatos los condenados por corrupción”.
Cruces, chicanas y un final previsibleEl debate dejó chispazos. Desde el kirchnerismo se insistió en que la ley era una “proscripción encubierta” contra el peronismo. Mientras tanto, referentes de La Libertad Avanza y Juntos por el Cambio hablaron de una “oportunidad perdida” para limpiar la política. “No da lo mismo ser corrupto que no serlo”, sentenció Guadalupe Tagliaferri. El proyecto, impulsado por distintos sectores desde hace años, vuelve a cajonearse. Otra vez, la política decidió mirar para otro lado.