Por la ola de calor, una escuela de Rosario decidió permitir que los estudiantes asistan con malla. La idea es refrescarlos durante los recreos y no perder días de clases.
Afecta puntualmente al nivel primario, donde el uniforme dejará de ser obligatorio en la medida que duren las temperaturas elevadas. Otras escuelas también buscaron improvisar medidas con los recursos que tienen para paliar el calor y garantizar tanto el bienestar de los alumnos como su aprendizaje.
Esta decisión en particular se tomó en el Complejo Educativo Francisco Gurruchaga. La institución informó a los padres que sus hijos podrán asistir a clases en malla, con una toalla, ojotas y una muda de ropa, para que en los recreos y a la sombra se los refresque con una manguera, bajo el argumento de que “entendemos que la escuela debe adaptarse al contexto priorizando el bienestar de nuestros estudiantes sin interrumpir el dictado de las clases; de esta forma podrán refrescarse y hacer la escuela más placentera“.
El lugar no cuenta con aire acondicionado por problemas de baja tensión que, aseguraron, exceden a la institución.
También destacaron que se realizará un uso responsable del agua, que el fin es mojarles la cabeza y refrescarlos y no llegar al extremo.
Desde el complejo Gurruchaga remarcaron que “entendemos que la escuela debe adaptarse al contexto priorizando el bienestar de nuestros estudiantes sin interrumpir el dictado de las clases. De esta forma podrán refrescarse y hacer la escuela más placentera”.
