Tras el cierre de los registros de las exportaciones de productos derivados de la soja, el Gobierno nacional descartó hoy la posibilidad de instrumentar incrementos en las retenciones a las exportaciones de granos. La portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, dijo esta tarde que «se están estudiando una cantidad de medidas» y aclaró que «ninguna de esas medidas es la suba de la retención a la producción de maíz, la soja o el trigo».
Cerruti apunto que hay que “entender que las consecuencias económicas de la guerra ya llegaron a la Argentina», dijo refiriéndose a la falta de aceite en varias partes del mundo y a los consiguientes aumentos de los precios internacionales. Enfatizó que «la preocupación del presidente es detener estas subas que se dan en un contexto mundial».
Momentos antes de las declaraciones de Cerruti, el ministro de Economía, Martín Guzmán, afirmó que «no se está contemplando un incremento en los derechos de exportaciones de los granos, el trigo, el maíz, el girasol, el poroto de soja y los demás granos».
Durante su presentación ante un plenario de comisiones del Senado para analizar el acuerdo con el FMI, Guzmán enfatizó que sí se buscará «contar con instrumentos para poder evitar que haya un efecto desestabilizante en el costo de la canasta alimentaria de millones de argentinas y argentinos» a raíz del impacto de la guerra entre Ucrania y Rusia en los precios de los commodities.
«Se presenta la oportunidad de tener una balanza de pagos más favorable, pero el impacto en el precio de los alimentos es significativo y es algo que se viene viendo en las últimas tres semanas», sostuvo Guzmán.
Por otra parte, recordó que se viene «trabajando con los fideicomisos, buscando que haya contribuciones voluntarias, que se puedan utilizar para lograr una brecha entre la evolución del precio internacional y la del precio interno de los alimentos».
El Gobierno nacional ayer anunció la decisión de suspender el Registro de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) para las exportaciones de harina y aceite de soja, entre otras posiciones arancelarias de la oleaginosa. La medida despertó la preocupación de referentes del campo que lo vieron como la antesala de un aumento a las retenciones.
Desde las Bolsas de Cereales y Comercio expresaron que un potencial aumento de las retenciones incentivará a la «desindustrialización, desalentar la producción y frenar el ingreso de divisas de uno de los sectores que más aporta a la economía del país».