Durante la primera presidencia de Julio Argentino Roca (1880-1886), la Argentina era por entonces un extenso territorio despoblado, circunstancia que motivaría a las autoridades políticas a fomentar el flujo inmigratorio. A partir de aquel momento, la afluencia de inmigrantes de todo el continente europeo, principalmente del sur latino, creció al ritmo de la economía y fue transformando la vida social del país.
Muchos de los extranjeros que arribaron a nuestras costas se instalaron en la actual Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El barrio de La Boca del Riachuelo, como tantos otros, comenzó a recibir el flujo de estos inmigrantes, principalmente de origen italiano. En este contexto de rápido crecimiento demográfico urbano surgirían las primeras organizaciones de bomberos voluntarios en las calles de Buenos Aires, integradas por ciudadanos dispuestos a colaborar como gesto de solidaridad social. Muchos de estos inmigrantes vivían en condiciones sanitarias deficientes, con elevados niveles de hacimiento y en estructuras en permanente riesgo de sufrir incendios o derrumbes. La conformación de las primeras asociaciones de bomberos voluntarios fue la respuesta adaptativa de los vecinos organizados frente a dificultades y peligros concretos que enfrentaban a diario.
Un incendio producido en los primeros meses del año 1884, precisamente en una casa del barrio de La Boca, llevó al vecino Tomás Liberti y su hijo Orestes Liberti, bajo el lema: “Volere e podere” (en genoves) que significa “Querer es poder”, asistieron a dar los primeros pasos hacia la formación de una sociedad cuyo principal objeto fuera el sostenimiento de una asociación de bomberos. En aquellos tiempos, las construcciones de la ciudad estaban conformadas en su mayoría por materiales inflamables, lo que constituía un continuo y serio peligro para la población.
Conmovido por este episodio, Liberti hizo circular una invitación, escrita en italiano, que decía: «Ciudadanos: una chispa podría desarrollar un voraz incendio que reduciría a cenizas nuestras habitaciones de madera. Tenemos necesidad de una Sociedad de Bomberos que en los momentos de peligro salven nuestros bienes y a nuestras familias. Con tal motivo invitamos a la reunión que tendrá lugar el domingo p.v. a las 3 p.m. en el ateneo Iris. ¡Conciudadanos! La idea iniciada por pocos tiene necesidad de todos vosotros y de vuestro válido apoyo, y tendremos el orgullo de haber constituido una Asociación filantrópica. El domingo entonces, en el ateneo Iris, que nadie falte».
La reunión se llevó a cabo el domingo 2 de junio de 1884, y allí se sentaron las bases para formar la Asociación Italiana de Bomberos Voluntarios de La Boca. Es por ello que esta fecha quedó consagrada en nuestro país como el Día del Bombero Voluntario (establecido oficialmente en la Ley N.° 25425, publicada el 15 de mayo de 2001).
Una vez constituida la sociedad bajo la presidencia de su iniciador Tomás Liberti, se realizó una suscripción para recaudar fondos y se estableció la primera sede social en el barrio de La Boca. Este primer cuerpo de bomberos voluntarios recibió su bautismo del fuego el 14 de noviembre de 1885 en un incendio que se desató en una fábrica de velas en Barracas sur. Poco tiempo después, colaborarían eficazmente con el cuerpo de bomberos de la Policía en el gran incendio de los depósitos aduaneros fiscales de “Las Catalinas”, en marzo de 1886.
A partir de ese momento y de manera progresiva fueron constituyéndose distintas sociedades de bomberos voluntarios a lo largo y a lo ancho del territorio argentino, haciendo cada vez más imperiosa la necesidad de aumentar los niveles de articulación y coordinación entre las distintas organizaciones ya existentes y las que se irían creando.
Durante la década de los años 1960, y a partir del incremento del número de asociaciones de bomberos voluntarios en todo el país, comenzaron a surgir las primeras instituciones de segundo grado dentro del Sistema Nacional de Bomberos Voluntarios. De esta forma, las distintas asociaciones de cada provincia comenzaron a organizar sus propias instituciones -de corte provincial- con el objetivo de reflejar los particulares intereses de sus asociadas, dando origen así a las primeras federaciones de Bomberos Voluntarios.
En el año 1988, a través de una declaración de principios conjunta, se establecieron las bases del futuro ordenamiento institucional del Sistema y se conformó el Consejo de Federaciones de Bomberos Voluntarios de la República Argentina (CFBVRA), el cuál quedaría como único organismo de representación de tercer grado del Sistema Nacional de Bomberos Voluntarios.
Diez años después, se sancionó la Ley N° 25054, que sentaría las bases para el establecimiento de criterios comunes elementales y la integración normativa de la legislación para los bomberos voluntarios de toda la República Argentina.
¡FELIZ DIA PARA TODOS LOS QUE DESARROLLAN ESTA ACTIVIDAD!